Capítulo 04.
Los cuatro se encontraban en un parque de diversiones, Junwon había decidido que como recompensa por su valentía y agradecimiento fueran al nuevo parque de diversiones en la ciudad, nadie se podía negar por lo que ahí estaban los cuatro conformando una familia, eso es lo que se veía a primera vista.
Jungkook había tomado la manita de su hijo, mientras que Jimin cargaba a la pequeña Haneul contra su cintura, caminando a la par en busca de alguna atracción donde se pudieran subir todos.
—¿Qué les parece al barquito? —Jungkook señaló a lo lejos la atracción mencionada, como padres e hijos subían y los gritos no dejaban de parar.
Claro, era la versión para niños y dudaban siquiera caber ahí, pero cuando los dos pequeños gritaron emocionados no pudieron negarse y se dirigieron hacía allá. Jungkook se encargó de comprar los boletos mientras los demás se formaban en la fila, Haneul se veía aterrada al ver el barquito en movimiento y Junwon era todo lo contrario, su cuerpo ansiaba subirse a la atracción y sentir la adrenalina. En cambio, los dos adultos no lo veían de esa manera, era una velocidad moderada para los niños, por lo que para su vista era algo lento en comparación al juego a gran escala.
—¡Siguiente! —gritó el encargado de la atracción, retirando sus boletos e indicándoles a donde ir para que tomaran asiento.
Cada quién aseguró a su pequeño a su lado, y mientras Junwon era calmado por Jungkook, que no era necesario pero su padre parecía un poco más nervioso que él, veía como Jimin se volteaba y le sonreía con un gesto de pulgar arriba asegurando que se divertirían. Sintió un apretón en su pecho y sonrió, ajeno al exterior y centrándose en como aquello se sentía familiar, casi poniéndose a chillar ahí de la emoción que lo albergaba.
En toda la atracción sonreía y levantaba sus manitas sobre su cabeza, gritando cada que el barquito subía y volvía a bajar, con aquella extraña sensación de su estómago como si fuera a caer, cosquilleando hasta la punta de sus pies. Terminó más pronto de lo que esperaba, pero cuando bajaron se percató de como Jungkook bajaba con las piernas temblorosas.
—¡Eso fue divertido! —Haneul gritó totalmente emocionada, levantando su puño al aire.
—Fue divertido, pero no podré superar de como Jungkook pateaba mi asiento cada que bajaba el barco y gritaba eufórico —Jimin reía al recordar como su asiento era constantemente pateado por el mayor y sus gritos eran los que más sobresalían.
—Eso no es cierto, no sé a que te refieres —frunció el ceño tratando de aparentar estar molesto por la acusación, pero en realidad tenía un rubor en sus mejillas formándose.
Jimin rodó los ojos y señaló un puesto cerca de ahí —¿Por qué mejor no vamos a un juego más relajado? Vamos a ver quién puede ganar un peluche primero.
—Hecho —Jungkook aceptó con una sonrisa, totalmente confiado de ello.
Para ese entonces, Junwon y Haneul habían ido a comprar un algodón de azucar mientras sus padres peleaban por la victoria, pagaban ronda tras ronda por ver quien era el mejor y ya tenían varios peluches a sus costados, pero ninguno quería dar su brazo a torcer y resignarse a una pérdida.
Fue un último tiro que Jimin ganó, levantando el arma de juguete al aire y gritando por su victoria, sumándole los chillidos de Haneul mientras recogía todos los peluches entre sus pequeños bracitos.
—¡Eso fue trampa! Me desconcentraste para el último tiro —se excusó el mayor, dejando el arma sobre la mesa mientras el señor del puesto descolgaba otro peluche.
—Eres un muy mal perdedor, Jungkook —sonrió divertido y vio el montón de peluches—. Ven, Junwon, te regalaré el que más te guste, escoge.
Al pequeño le brillaron los ojos y escogió un pequeño oso polar, que sus ojos resaltaban entre el blanco pelaje y era apapachable. Mientras que Jimin agarró una chango de dudosa procedencia y se lo tendió a Jungkook.
—Wow, eres muy generoso —mencionó divertido y rodó los ojos, cargando los suyos antes de apartarse de ahí.
—¿Qué tal si vamos a comer algo? Apuesto a que mueren de hambre —propuso cuando su propio estómago gruñó por lo bajo y buscó un puesto de comida cercana.
—Sé a donde ir, vayamos por allá.
Fue cuestión de un rato cuando los dos adultos se quedaron en la mesa terminando de comer mientras que los niños salían corriendo a jugar en los juegos que no requerían pagar boleto. Se reían junto a otros niños y corrían a la par, dándoles diversos sustos a sus padres cuando daban pequeños tropezones o gritaban aterrados al ser perseguidos por otros.
—Gracias por cumplirle a Junwon su petición, no era necesario, pero lo hiciste muy feliz al aceptarlo.
—Bueno, Haneul estaba ahí también y entre los dos me lo estaban pidiendo, no tuve opción mas que aceptar —sonrió divertido al recordar los rostros de los más pequeños en forma suplicantes por salir.
—De todas formas, te lo agradezco —sonrió con sinceridad y bajó la mirada hasta su plato, dispuesto a seguir con la conversación—. Además, creía que sería bueno para decirte algo.
—¿Decirme algo? ¿Pasa algo malo? —cuestionó con un toque preocupado y confundido.
—No, no es nada malo, sino más bien algo personal —soltó un suspiro mientras se armaba de valor—. Había algo que quería decirte desde hace unos días.
—Dime, que es lo que pasa.
—No creas que soy algún tipo loco o demasiado confianzudo, no es mi intención incomodarte, pero creo que es necesario que lo sepas. Desde el primer día que llegamos a la primera consulta, Junwon me comentó algo que me sacó de mi panorama completo, no lo esperaba y desde ese instante no dejo de pensarlo. Él dijo que eres muy bonito y si podrías ser su mamá, sé que lo que dice no es algo que se tome a la ligera, pero conforme coincidimos en más revisiones y ahora con nuestros hijos eso fue como el último empujón que necesitaba. Junwon jamás tuvo una figura materna como deseaba, pero cada que iba contigo y le llamabas por apodos o sobresaltabas su gran valentía, mostraba aquella felicidad y sonrisa que jamás se la había visto, aquella mirada anhelante cada que sabía que íbamos al hospital y que tú lo atenderías, sin saber que yo ya tenía la misma ensoñación que él al esperar volver a encontrarnos, por eso aquel día me atreví a pedirte tu nombre, porque comencé a interesarme en ti sin siquiera planearlo ni meditarlo, desde que la madre de él falleció no había tenido tiempo de pensar en mí ni en lo que quería el resto de mi vida, solo nos veía a Junwon y a mí, pero cuando tu apareciste en el cuadro, mis sueños cambiaron.
—Jungkook, yo...
—Solo déjame terminar antes de que pueda perder el hilo —pidió en una súplica, encontrando sus ojos—. Si bien no sé cuáles son tus aspiraciones ni anhelos, me gustaría conocerlos todos, al igual a la pequeña que tienes allá, porque ella es tan hermosa como tú que solo me dan ganas de tenerlos en mi vida. Son las personas que necesitábamos Junwon y yo en nuestras vidas para que se sintiera completa, y sin saberlo hemos tenido demasiadas coincidencias en poco tiempo que hasta me da miedo, pero si se trata de ti y de Haneul nada de ello me da escalofríos porque estoy dispuesto a jugarlo todo. Te pido solo una cita para conocernos, quiero conocerte hasta que sea tan fácil como reconocerme a mi mismo, que seamos dos personas que se complementan y que solo creemos algo armonioso para nuestros hijos —cuando terminó de hablar, esperó una respuesta de Jimin pero se mantenía en blanco.
No sabía como reaccionar, nada parecía coherente entre sus pensamientos y su mente y boca no conseguían conectarse de la forma correcta.
—Jungkook, me temo que no sé que decir. Hace mucho tiempo dejé de pensar en mí, y si quisiera tomar este tipo de decisiones ya no podría porque Haneul depende de mí, ella es mi única prioridad y lo seguirá haciendo. Ya no tengo tiempo de ver mis necesidades ni lo que quiero en la vida, solo la veo a ella siendo feliz, dejé las citas hace años porque nadie quería estar con alguien que tenía una hija, ¿quién lo querría? Yo ya no estoy por mi cuenta, vengo con una hija incluida y por lo que eso de tener una sola cita no sería suficiente para mí, ya no puedo tontear con chicos y ver si surgen las cosas a la primera, necesito que alguien me tome en serio y vea un panorama completo, de lo que esto conlleva.
—Oh, yo no quería referirme a una sola cita, sino que de ahí podríamos ver si creemos funcionar y tener más o...
—O terminarlo, pero eso implica mis sentimientos y no quiero caer de nuevo —recogió los platos desechados y se levantó de su lugar—. Tampoco parece ético que salga con el padre de uno de mis pacientes, parece incorrecto y como si me aprovechara de la situación —cerró los ojos y recogió su bolsa—. Gracias por lo de hoy, nos divertimos mucho.
—Espera, no tiene porqué terminar de esta manera —intentó agarrar su muñeca, pero tan pronto como tocó su piel lo soltó—. Solo piénsalo, también soy un padre con un hijo que depende de él, pero ahora que veo sobre la nubla de prioridades también merecemos pensar un poco en nosotros, ¿no? No somos tan diferentes, nuestras situaciones son similares, puedes tomar eso como partida.
—Solo dame algo de tiempo, necesito pensar en muchas cosas.
—Tómate todo el tiempo que necesites, no pienso retirar mi proposición —sonrió, tratando de aligerar el ambiente.
Ya había hecho el primer movimiento, ahora solo tendría que esperar el de Jimin.
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